La Phoenix Canariensis transforma cualquier espacio con su presencia. Originaria de las Islas Canarias, esta palmera simboliza resistencia y belleza. Es una favorita en jardinería y paisajismo. Su estatura imponente y hojas verdes capturan miradas. ¿Qué la hace especial? Su historia, adaptabilidad y estética la hacen destacar. Exploraremos su origen, cuidados y cómo se ha convertido en un ícono mundial. También veremos cómo enfrenta amenazas y su importancia en proyectos verdes. Este artículo es un viaje al corazón de la palmera canaria. Descubre por qué embellece jardines y ciudades por igual.
Ficha de la Phoenix Canariensis
Nombre común: Palmera Canaria
Nombre científico: Phoenix Canariensis
Familia: Arecaceae
Origen: Islas Canarias, España
Descripción: Alcanza alturas de hasta 20 metros, con un tronco grueso y una corona de hojas pinnadas de hasta 5 a 6 metros de largo.
Hojas: Verde intenso, pinnadas, arqueadas, con una longitud de hasta 5-6 metros.
Flores: Pequeñas, amarillas, agrupadas en inflorescencias.
Crecimiento: Rápido en condiciones óptimas.
Cuidados: Requiere atención a plagas y enfermedades, poda de hojas secas o dañadas.
Luz: Prefiere pleno sol.
Riego: Regular, evitando el encharcamiento.
Temperatura: Resiste bien el calor, pero es vulnerable a heladas severas.
Suelo: Prefiere suelos bien drenados, ligeramente ácidos a neutros.
Fertilización: Beneficia de fertilización periódica durante la temporada de crecimiento.
Propagación: Principalmente por semillas, aunque es un proceso lento.
Problemas comunes: Sensible a sobre riego y mal drenaje.
Plagas: Vulnerable al picudo rojo.
Enfermedades: Puede sufrir de pudrición de raíz si el suelo no drena bien.
Curiosidades: Es el símbolo natural de las Islas Canarias junto con el canario.
Fotos: